El sistema de libre servicio, escasamente desarrollado aún por algunos operadores, fue uno de los grandes inconvenientes que las grandes superficies se encontraron a su llegada a España.
Todos los productos, estaban concebidos para ser vendidos de forma tradicional, lo que significa detrás de un mostrador y con un vendedor ( intermediario) de por medio.
La mayor parte de los fabricantes tuvieron que copiar literalmente el sistema de presentación de sus productos de otros fabricantes europeos. Esto hizo, que a partir de los años 70, todo nuestro país empezó a tener más en cuenta las técnicas de presentación de nuestros productos puesto que, esta técnica anteriormente no tenía ninguna importancia en los productos de nuestro país.
Hablo sobretodo de técnicas como el packaging, emblistado, retractilado entre otras.
Se han realizado algunos estudios recientes, en lo que podemos ver como la exposición, el embalaje y la venta libre servicio contribuye a aumentar las ventas entre un 30 y un 50% más que de la manera tradicional.
También hay que decir que algo que ha ayudado a esta subida de ventas, es la disposición de las mercancías dentro del lineal.
Para realizar esta disposición de mercancías se realizan numerosos estudios. Por ello, los productos de mayor consumo en la población, los sitúan al final del establecimiento, que a veces, sin darnos cuenta, es lo que nos hace recorrer todo el comercio hasta dar con nuestro producto, provocando en el consumidor muchas llamadas de atención que aumentan la venta impulsiva.
Otra técnica para incrementar las ventas, es masificar un producto concreto con un precio especial que llame la atención. Todos estos aspectos de presentación y colocación de producto juegan un importante papel en la distribución comercial.
La elaboración de un buen plan de implantación es clave para garantizar el éxito de las ventas.
Las ventajas que encontramos en este sistema, son las siguientes:
Menores gastos de explotación que en la venta asistida, ya que no es necesaria la existencia de vendedores.
Se puede atender a un mayor número de personas porque los clientes eligen directamente los productos.
Se reducen los precios de venta porque los productos rotan rápidamente y no generan altos costes de almacenaje.
Por otra parte, las desventajas que encontramos en este sistema son:
Ausencia de relación entre comprador y vendedor, un personal poco especializado, y al igual que en el comercio tradicional se originan pérdidas provocadas por errores en el marcado de precio, en los cobros de caja, por robo de mercancías, etc.